25-LOS VIA CRUCIS DE PERALEDA DE SAN ROMÁN Y VALDELACASA DE TAJO

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Los via crucis de Peraleda de San Román y de Valdelacasa de Tajo son buenos ejemplos de monumentos devocionales de tradición castellana. En torno a ellos se celebraron durante siglos actos religiosos, no solo en Castilla, sino en zonas bajo su influencia, como La Jara, cuyos pueblos más occidentales pertenecen a Extremadura y, más concretamente, al Geoparque Mundial de la UNESCO Villuercas-Ibores-Jara.

La costumbre de hacer un recorrido por las distintas fases de la pasión de Jesús nació en Tierra Santa. Consistía en transitar por cada uno de sus lugares significativos, desde el prendimiento hasta la sepultura, en los que se llevaba a cabo una oración. Desde el siglo IV, en la época del emperador Constantino, existió un importante movimiento de peregrinación hacia Jerusalén para realizar este rito.

En el siglo XVII, el papa Inocencio XI, a la vista de las dificultades que para los fieles suponía viajar hasta Tierra Santa, dio permiso a los franciscanos para reproducir las estaciones penitenciales en sus iglesias. De este modo se facilitaba que el culto se extendiese al mayor número posible de feligreses.

Posteriormente, se comenzaron a construir via crucis fuera de los recintos religiosos, convirtiéndose en monumentos de muchos pueblos y villas. Tradicionalmente estos se componían de catorce estaciones que representaban escenas de la pasión de Jesús, desde su condena a muerte hasta la sepultura. Habitualmente los via crucis eran levantados en las afueras de los pueblos o en los caminos de estos a alguna ermita o templo. Aun hoy, su presencia sigue vinculada, en algunos casos, a festividades religiosas colectivas, sobre todo relacionadas con la Semana Santa.

Tanto en Peraleda de San Román, como en Valdelacasa de Tajo, nos encontramos con via crucis muy parecidos, en características, tipología y ubicación. En ambos casos se representan las catorce estaciones tradicionales. Las trece primeras están compuestas por una sola cruz cada una, esculpida en varias piezas de granito, colocadas en un trayecto de unos cien metros. Al final del recorrido devocional, la decimocuarta estación está formada por un conjunto de tres cruces sobre un pedestal de sillería, situado en la entrada del pueblo.

El via crucis de Valdelacasa de Tajo lo podemos observar al llegar a la localidad por la carretera de Villar del Pedroso, en lo que antiguamente era el camino a la ermita de Santa Ana. Su construcción data del año 1821, cuando el pueblo aún pertenecía a Castilla, y fue sufragado con aportaciones de los vecinos. Dado el mal estado en el que se encontraban algunas de las cruces, fue restaurado en época reciente y varios de los fustes fueron sustituidos. Este conjunto es el centro de dos festividades con gran arraigo en Valdelacasa como son la Semana Santa y la fiesta de la Santa Cruz, el día 3 de mayo.

En Peraleda de San Román el via crucis está formado por cruces de sección hexagonal, a diferencia del de Valdelacasa en el que son de sección cuadrangular. Dado que el resto de características son similares, cabe ubicarlos cronológicamente en la misma época. Se encuentra situado en el margen de un camino asfaltado, junto a una vieja pared de piedra. Cuando se llevaba a cabo el recorrido por las catorce estaciones penitenciales, en cada cruz se daba lectura a un pasaje del evangelio y, en algunos casos, a algún cuento o estrofa popular.