09-LAS ESCULTURAS ZOOMORFAS DE ORIGEN VETÓN

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Los verracos (figuras de animales esculpidas en piedra) están presentes en el Geoparque Mundial de la UNESCO Villuercas-Ibores-Jara en los notables ejemplos que podemos observar en las localidades de Villar del Pedroso, Valdelacasa de Tajo y Peraleda de San Román. Estas excepcionales manifestaciones culturales y arqueológicas del pueblo vetón se encuentran sobre todo en el territorio comprendido entre los ríos Tajo y Duero. Corresponden al período histórico comprendido entre el siglo IV a.n.e. y el siglo I de nuestra era. ¿Para qué servían o cuál era su significado? Ese sigue siendo un misterio por descubrir.

Nos hallamos antes unas esculturas zoomorfas a las que se denomina tradicionalmente verracos -cerdos reproductores-. Pese a ello, en ocasiones parecen representar toros (los famosos ‘Toros de Guisando’ quizás sean los más conocidos) y en otras jabalíes. Sus rasgos, muy simplificados y esquemáticos, siempre representan a un animal macho, de pie y sobre una peana y casi siempre están esculpidos en granito.Estas esculturas fueron obra de los vetones y se desconoce cuál fue realmente su significado, existiendo varias teorías al respecto.Posiblemente se tratase de monumentos religiosos, con funciones protectoras sobre los pastos, simbolizando su salvaguarda por parte de las divinidades.

Otra interpretación probable es que estos animales pétreos hiciesen las veces de hitos, que señalasen las zonas de pastoreo más importantes y las vías de comunicación pecuarias. Hay que tener en cuenta que, para estos pueblos de la Edad del Hierro, la ganadería poseía una importancia crucial.

Aunque hoy solo podemos contemplar su potente estampa hecha en piedra, se cree que, en su día, pudieron estar policromados y que alguno de ellos poseía cuernos de otro material, como sugieren determinadas oquedades en su superficie.Con la llegada de la cultura romana, la tradición de erguir estas esculturas se fue haciendo cada vez más rara, hasta desaparecer por completo hacia el segundo siglo de nuestra era. La cultura romana otorgó otras connotaciones a estas esculturas, esculpiéndolas sobre todo con fines funerarios.

En Villar del Pedroso tenemos la oportunidad de encontrar tres de estos verracos, actualmente integrados en el casco urbano. Uno de ellos es el conocido como ‘Toro mocho’. Estuvo durante mucho tiempo tumbado y semienterrado bajo una encina en la dehesa de la Oliva, hasta que fue descubierto y trasladado a la calle de las Eras Chicas. Sus patas, esculpidas sobre una basa en la misma roca, poseen una curiosa postura que sugiere una actitud amenazante. En su forma se intuyen las pezuñas y la cola, por lo que parece que podría tratarse de un bóvido

No muy lejos de allí, en un parque junto a la carretera provincial CC-20.2 se encuentra otro verraco. Este ejemplar formaba parte, como sillar, de una construcción del pueblo, hasta que fue rescatado y ubicado en su localización actual. Posee una inscripción latina y varias cazoletas y, pese a su tosca forma, se intuyen características morfológicas del animal macho representado.

El verraco que podemos contemplar en Valdelacasa de Tajo, por su corpulenta testuz y su prominente hocico, parece representar la figura de un jabalí. En uno de sus costados pueden apreciarse varias cazoletas, posiblemente utilizadas en antiguos rituales. Actualmente está colocado sobre soportes de granito, pues la pieza no posee su peana original. Fue donado por los particulares que lo conservaban y hoy constituye una de las referencias monumentales de la localidad.En la zona han sido hallados algunos verracos más, como el de Peraleda de San Román