Geoparque Mundial UNESCO

Nº28 – Cancheras de la Trucha

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LOCALIZACIÓN Y ACCESIBILIDAD

A lo largo del eje del extenso sinclinal del Guadarranque discurre una pista forestal que comunica la carretera EX-102, entre Alía y Puerto de San Vicente, con la localidad de Navatrasierra. Por este camino, de unos 20 km, se llega primero a una quesería situada en los “llanos de la Trucha” y, desde allí, nos dirigimos a pie hacia el llamado “charco de la Trucha”, situado entre dos crestones cuarcíticos por donde se ha abierto paso una caudalosa garganta, afluente del río Guadarranque.

Si optamos por recorrer a pie la senda del arroyo el grado de dificultad es alto, o muy alto, por tratarse de un angosto valle o desfiladero por donde las aguas de la garganta y las agrestes rocas cuarcíticas apenas permiten el paso. No obstante, el esfuerzo se verá recompensado por la belleza salvaje de este geositio, donde en verano podremos refrescarnos y disfrutar mejor de su impresionante naturaleza.

ATRACTIVOS DE LA VISITA

Durante la visita, además de la geología del afloramiento de cuarcitas, a través del cual se abre paso la garganta de la Trucha, observaremos uno de los bosques mejor conservados de Prunus lusitánica (loro) en la “Lorera de La Trucha”. En esta zona más húmeda se nos muestra, bajo la vegetación rupícola (que crece sobre las rocas), el espeso bosque en galería de loros que, acompañados de alisos y fresnos, dan sombra al lugar. Los loros son árboles que ya existían en el Terciario, en una época en la que toda la Península Ibérica estaba cubierta por bosques de Laurisilva, típicos de climas más templados y húmedos, y que actualmente siguen formando bosquetes en zonas muy puntuales, de características climáticas y edafológicas muy concretas, como las existentes en algunos de los valles del geoparque de Las Villuercas.

Para finalizar la excursión, dirígete después hacia el pueblo de Navatrasierra, donde son abundantes los yacimientos de trilobites y de otros invertebrados marinos (como moluscos y braquiópodos) y que podrás conocer en el Centro de Interpretación del Fósil, para salir por el puerto de Arrebatacapas hacia los llanos de la Jara cacereña (anticlinal de Valdelacasa), o bien hacia Guadalupe por la carretera CC-20 donde podrás ver los Canchos del Ataque, descansar en el Hospital del Obispo o subir al Risco Carbonero.

INTERPRETACIÓN GEOLÓGICA

El charco de la Trucha se ha formado al quedar las aguas de la garganta retenidas entre dos potentes crestones de cuarcitas del Hirnantiense (final del Ordovícico, 443-445 Ma) situadas en la zona central del núcleo del sinclinal del Guadarranque.

Las cuarcitas son rocas muy resistentes a la erosión y constituyen diques naturales a través de los cuales se abren paso las aguas fluviales formando estrechas gargantas. Superado el primer nivel de cuarcitas, que da espectaculares cascadas escalonadas, las aguas se canalizan por una alternancia de estratos de diamictitas y areniscas en bancos decimétricos, más fácilmente erosionables, formando un estrecho pasillo y una profunda poza antes de superar el cauce el segundo nivel de cuarcitas. Este cauce se encuentra muy próximo a una pequeña falla transversal que ha fracturado las cuarcitas.

Otro aspecto muy interesante es la observación de la Formación Gualija, también conocida con el nombre de Pelitas con Fragmentos. La erosión del cauce permite observar las características de las diamictitas, rocas constituidas por clastos angulosos de distinta naturaleza inmersos en una matriz pelítica. Constituye una de las formaciones geológicas más interesantes del final del Ordovícico y está representada en amplísimas áreas del Norte de Gondwana, constituyendo un “nivel guía” que se ha relacionado con la glaciación del final del Ordovícico. Esta glaciación provocó una extinción masiva de las mayores que ha sufrido nuestro planeta.