Geoparque Mundial UNESCO

Nº05 – Rañas de Cañamero

Geoparque Villuercas > Nº05 – Rañas de Cañamero

LOCALIZACIÓN Y ACCESIBILIDAD

Estas típicas plataformas sedimentarias se encuentran al este de Cañamero y al sur de Guadalupe, a lo largo de la carretera (EX-116) que conduce desde Guadalupe a Villanueva de la Serena

ATRACTIVOS DE LA VISITA

Observaremos la geomorfología de estos depósitos sedimentarios, que resulta muy sencilla pues originan siempre extensas plataformas, “mesas” o mesetas, separadas unas de otras por los ríos Ruecas, Silvadillo y Guadalupejo, o por los profundos encajamientos de los barrancos, debido al escaso grado de compactación de sus materiales fácilmente erosionables.

Por sus características geológicas no son suelos muy ricos, por lo que tradicionalmente se han usado para cultivos de vid y olivo.

Su pendiente longitudinal media con un suave descenso del 7%, que contrasta con los empinados picachos de las sierras cuarcíticas y, cuando existe continuidad lateral, enlazan con los derrubios de sus laderas.

INTERPRETACIÓN GEOLÓGICA

Se trata de los depósitos sedimentarios de origen continental más singulares de Las Villuercas. Están constituidas por fanglomerados (materiales arcillosos y arenosos de color rojizo-amarillento) que constituyen la matriz que engloba numerosos cantos subredondeados procedentes de los materiales más resistentes del Paleozoico y del Ediacárico, con un predominio de los clastos de cuarcita. Los fanglomerados poco compactados son fácilmente disgregables por las aguas de escorrentía.

Su origen es fluvial, es decir, el resultado de un transporte de materiales arrastrados por las aguas fluviales en las cabeceras de la red hidrográfica. Se han relacionado con el tránsito de una red fluvial endorreica, que suministraba materiales a las cuencas terciarias del Tajo y del Guadiana, a la actual red fluvial abierta al Atlántico.

El cambio del nivel de base de la red fluvial es la causa de que las rañas se sitúen discordantes tanto sobre los depósitos terciarios como sobre el substrato paleozoico y del Ediacárico, como es el caso también del geositio de las rañas de las Mesillas.

En muchas ocasiones las rañas se confunden con la terraza más antigua de los ríos. El encajamiento de la red hidrográfica actual está erosionando rápidamente estos sedimentos poco consolidados, quedando como testigos en las cabeceras de las cuencas en forma de amplias mesas.

Su génesis se ha relacionado con una peculiar climatología (cambios bruscos de temperatura y fuertes tormentas) que erosionan las rocas más expuestas o elevadas, arrastrando gran cantidad de materiales por sus canales (arroyada en curso), y que se depositan cuando los barrancos se abren en un gran número de canalillos a las amplias llanuras (arroyada en manto), disminuyendo bruscamente su energía y favoreciendo el depósito, con escasa selección, de los materiales transportados.

Los materiales más gruesos de las rañas proceden de las cuarcitas, cuya fragmentación produce los cantos y bloques, mientras que las grauvacas, pizarras o lutitas se deshacen para formar la matriz arcillo-arenosa. La potencia de esta formación es muy variable, de 5 a 10 m, como es el caso de las rañas de las Mesillas y de Cañamero, llegando en algunos casos a sobrepasar los 10 m en la gran Depresión del Guadiana; sin embargo, estas elevadas potencias, como ocurre en estos geositios, son problemáticas ante la gran dificultad de separar la verdadera raña (capa con cantos  subredondeados y arcillas) de los sedimentos continentales del Mioceno Superior-Plioceno Inferior (arcillas, gravas y arenas fluviales), con características muy similares, si bien las gravas y arenas suelen estar mucho mejor clasificadas y los cantos suelen ser mas redondeados.

En las grandes depresiones tectónicas, debajo de los fanglomerados cuarcíticos de las rañas y del Mioceno-Plioceno (Formación Valdeazores), se localiza un nivel de considerable potencia de arcillas margosas de colores rojizo-amarillentos (Formación Madrigalejo), que se han atribuido al Paleógeno-Mioceno Inferior, las cuales solamente son observables en el fondo de algunos barrancos y en determinados lugares donde se han realizado profundos desmontes (p. ej., en los taludes de la carretera de Villanueva de La Serena a Guadalupe, en el término municipal de Logrosán).

En el caso de las rañas de Cañamero y Logrosán, como se puede apreciar en la imagen de satélite, constituyen en su conjunto una extensa planicie triangular, abierta hacia el sur y con el vértice superior apuntando al amplio sinclinal del valle del río Ruecas.

A las rañas se les ha atribuido una ambigua edad pliocena o pliocuaternaria (entre 2 y 3 Ma), en función de que en ocasiones se encuentran recubriendo materiales arcillosos y conglomeráticos depositados en el Mioceno (23–5 Ma) en sectores próximos a Las Villuercas, siendo objeto de un intenso debate científico multidisciplinar por su gran interés geomorfológico, edafológico, estratigráfico y paisajístico.