El risco de La Villuerca es el monte más alto del macizo montañoso del Geoparque Mundial de la UNESCO Villuercas-Ibores-Jara. Este macizo es la mejor representación del relieve de tipo apalachiano reconocido en la Ley 42/2007, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad como una de las unidades geológicas más representativas y como contexto geológico de España de relevancia mundial. Es en la subida a La Villuerca en la que encontramos los mejores miradores para apreciar esta singular geomorfología conformada por valles y cadenas montañosas alineadas paralelamente.
Es un itinerario cultural, ecológico y geológico. Partimos de la Ermita del Humilladero y podemos desviarnos, sin subir, hacia el Arca del Agua, una captación de agua realizada por los monjes de Guadalupe hace siete siglos aprovechando los trampales o bohonales que la geología de este monte conforma. Una buena oportunidad para descubrir la diversidad florística en este enclave, Corredor Ecológico del río Guadalupejo. Durante la ascensión a La Villuerca podremos, además estudiar los diferentes pisos de vegetación en las diferentes alturas y orientaciones, obteniéndose observaciones desde la flora ripícola a la rupícola en altura, además de los cultivos forestales y agrícolas. Es por la misma razón, un punto interesante desde el punto de vista de la ornitología.
En la segunda parada visitaremos un yacimiento de Vendoténidos, un fósil del periodo Ediacárico, por lo tanto uno de los más antiguos en el registro, y cuya biología está aún por dilucidar.
La subida atraviesa distintos collados. En uno de ellos, el de La Portuguesa, desde donde arranca el valle sinclinal del Viejas, se encuentra el Pozo de la Nieve, citado en la historia cultural del Monasterio de Guadalupe.
No puede olvidarse que entre este punto y la cima, el camino que baja a Navezuelas nos lleva al nacimiento del río Almonte, desde la mayor pedrera de Las Villuercas, (ladera de bloques) resultado de la erosión de la Cuarcita Armoricana de la cumbre en el ambiente periglaciar del Pleistoceno.
Siguiendo la ascensión llegaremos al Mirador Apalachense con, al menos un par de paradas propuestas. Recomendamos hacer el último kilómetro a pie para disfrutar de la historia de la formación de Pangea, de las fuerzas enormes que movieron este territorio y, en consecuencia de la innegable calidad estética del paisaje. Antes de llegar a la cima, descubriremos una curiosidad geológica en un afloramiento capaz de hablarnos del océano Réico, el existente antes de que fuera cerrado por la colisión continental que dio origen al supercontinente Pangea hace unos 300 millones de años.
Finalmente, la cima es un compendio de todo lo visto. Pero mirando hacia el sur tendremos una imagen nítida de las rañas de Cañamero y Alía y de los paisajes históricos de Guadalupe y Mirabel..
Es importante que acceda a la Villuerca con una mentalidad abierta y disfrute comprendiendo lo que ve considerando su geología, medio ambiente, cultura, valores estéticos, patrimonio y el bienestar de la población del entorno. Participe en la conservación, la divulgación y la valorización de la Historia de la Tierra en el Geoparque Mundial de la UNESCO Villuercas-Ibores-Jara.
ENCUADRE GEOLÓGICO
El itinerario geológico que aquí se describe, se encuadra en los Montes de Toledo, concretamente en el macizo de Villuercas, dentro del Geoparque Mundial de la UNESCO Villuercas-Ibores-Jara.
Las rocas que afloran en el recorrido son todas ellas de origen sedimentario y se pueden agrupar en dos grandes periodos geológicos :
- Ediacárico (630-540 M.a. -millones de años-), constituido por lutitas, grauvacas, conglomerados y algún nivel de calizas, que provienen de antiguos sedimentos depositados en las cuencas marinas profundas.
- Cámbrico-Ordovícico medio (540-470 M.a.), representado por unas potentes capas de cuarcitas, lutitas y areniscas, sedimentadas en un medio marino más somero que las anteriores, en la zona denominada plataforma continental.