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Nº31 – Chorrera de Calabazas

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LOCALIZACIÓN Y ACCESIBILIDAD

Hasta la chorrera del Calabazas llegaremos desde de la localidad de Castañar de Ibor, a donde nos conduce la carretera EX-118 que une Guadalupe con Navalmoral de la Mata. Desde las afueras de esta población tomaremos un camino de tierra que, en dirección sureste, discurre paralelo al arroyo de la Fuente por entre huertos, olivares y bosquetes de castaños y robles, y nos lleva hasta el collado del Postuero, que separa las cuencas del Ibor y del Gualija, desde donde comienza la ruta propiamente dicha de la garganta del Calabazas hasta el salto o «chorrera» del agua.

No obstante, este agreste lugar es accesible para cualquier tipo de vehículo y por supuesto a pie.

ATRACTIVOS DE LA VISITA

El nombre del arroyo le viene dado por la presencia de varias pedreras aledañas que han recibido, por parte de los lugareños, el irónico apelativo de “calabazas”, sin duda por el gran tamaño de sus bloques rocosos.

Observaremos los diferentes aspectos geológicos de las estructuras de plegamiento y fracturación de las sierras más cercanas, sus litologías, los procesos geológicos erosivos y los enigmáticos Daedalus, que representan posibles madrigueras de habitación y alimentación de un grupo de invertebrados hoy extintos.

La visita nos brinda la oportunidad de apreciar no solo la riqueza geológica del lugar (geodiversidad), sino también la riqueza biológica (biodiversidad) que guardan estas sierras. Durante el recorrido que nos lleva hasta la cascada pasaremos junto a bosques de robles, sotos de castaños y numerosos ejemplares de loros (Prunus lusitanica), que en estos valles encuentran algunos de sus últimos refugios en la Península Ibérica. Pasaremos por entre un soto de diecisiete viejos castaños (Castanea sativa) monumentales y el gran Quejigo de la Fuente, situados en la ribera de la garganta del Calabazas. Junto con los castaños se incluyen otros quejigos, acebos, sauces y enebros de singular porte, además de raras especies de orquídeas, madreselvas, rosales silvestres, olivillas, durillos, cornicabras, etc.

Castaño del Calabazas
Castaño del Calabazas en otoño

INTERPRETACIÓN GEOLÓGICA

La chorrera del Calabazas es una cascada fruto de la erosión diferencial que el arroyo del Calabazas produce al encontrarse en su curso capas de rocas de diferente resistencia. El cauce discurre atravesando transversalmente la potente Cuarcita Armoricana, que por su resistencia a la erosión da los relieves más abruptos y elevados, hasta encontrarse con otras capas más blandas de lutitas (“Lutitas de Navatrasierra”), que se manifiestan por amplias zonas deprimidas que siguen la dirección de las capas, para posteriormente adentrarse en el sinclinal del Guadarranque, atravesando todas las formaciones geológicas del Ordovícico y Silúrico, y finalmente desembocar en el Gualija, muy próximo al núcleo del sinclinal del Guadarranque. Las aguas que descienden de los abruptos relieves armoricanos dan lugar a una espectacular cascada en la estación lluviosa y producen una intensa erosión fluvial al entrar en contacto con los materiales blandos de las “Lutitas de Navatrasierra”, formando una importante poza. Constituye un excelente ejemplo de erosión diferencial controlado fundamentalmente por la litología.

Alrededor de la ruta abundan las pedreras, que se extienden en ambos márgenes de la garganta, que son formaciones geológicas superficiales asociadas a la fragmentación de los afloramientos de los estratos de Cuarcita Armoricana que forman las crestas y los resaltes de las sierras. Su formación está ligada a los desprendimientos de grandes cantos y bloques que se deslizan por las empinadas laderas impulsados por la fuerza de la gravedad, constituyendo verdaderos «ríos de piedras» o «casqueras».

En estas pedreras se encuentran algunos bloques con icnofosiles espectaculares (Daedalus y Cruziana) procedentes de los desplomes de la Cuarcita Armoricana.

Formación de pedreras por criofractura despues de haberse fracturado por la acción de las fallas. Ilustración de Antonio Grajera.
Ordovícico: icnofósiles
Icnofósiles más comunes de la Cuarcita Armoricana. De izquierda a derecha: Cruziana, Skolithos y Daedalus. Ilustración de Antonio Grajera.
Daedalus Calabazas
Daedalus en las pedreras de Calabazas