Era de Porrinas | Geositios de Extremadura

LOCALIZACIÓN Y ACCESIBILIDAD

Para acceder hasta el geositio hay que tomar una pista forestal que sale a la derecha de la EX-118 en sentido Bohonal de Ibor, en el kilómetro 37. Hay que seguir por dicho camino, el cual coincide con el itinerario Geológico de las Casitas de Papel y del Castañar de Ibor. El geositio está a 9,5 km del inicio del itinerario, en los niveles que afloran a mano derecha. El camino es una pista forestal de tierra que en alguno de sus tramos se hace impracticable si no se va en todo terreno.

ATRACTIVOS DE LA VISITA

En este punto, denominado Era de Porrinas, también se levantan casas de cabreros, que hoy se encuentran abandonadas. Están construidas con finas lascas de las pizarras silúricas que afloran por el entorno, las cuales componen también el Geositio 49 (Casitas de Papel) y están dispuestas ordenadamente a modo de piedra seca para levantar los muros. Se aprecia también el empedrado en forma circular situado en las proximidades de la estructura y que habría sido parte de una antigua era.

Al situarse muy próximo al Geositio N.º 47 sus características paisajísticas son similares. Abundan una gran variedad de especies vegetales entre las que destacan enebros y fresnos, alisos, loros, durillos y flora riparia acompañando al arroyo del Endrinal.

Elementos bióticos relevantes: Murciélago mediano de herradura, alimoche y águila azor perdicera.

INTERPRETACIÓN GEOLÓGICA

Leer Interpretación Geológica

Este punto, se sitúa en el núcleo del sinclinal del Guadarranque-Gualija, justo sobre el extremo suroeste del contacto metamórfico provocado por la intrusión magmática que dio lugar al Berrocal de Peraleda. Esta intrusión se produjo por el ascenso de un magma granítico a través de fracturas preexistentes en la corteza terrestre, hasta quedar emplazado en una zona de mayor permeabilidad, formando el propio cuerpo batolítico a medida que se produjo su enfriamiento. Durante su ascenso, el magma fue contactando con las rocas preexistentes, en este caso lutitas silúricas, que, por efecto del calor magmático, suflieron un conjunto de transformaciones en su textura y composición mineralógica transformándose en pizarras. Es un fenómeno conocido como metamorfismo de contacto, o metamorfismo térmico, ya que se produce debido a las elevadas temperaturas a las que fueron sometidas las rocas. Las transformaciones se producen por recristalización, con un nuevo reagrupamiento y orientación de los minerales de las pizarras que, generando nuevos minerales, dan lugar a rocas metamórficas diferentes según el grado de presión y temperatura recibido, que será más intenso a medida que se avanza hacia el contacto con la intrusión magmática. Esa zona se denomina “aureola de contacto” o “aureola metamórfica”.