Como protegiendo a una preciada joya, el claustro mudéjar del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe envuelve y custodia uno de los principales tesoros arquitectónicos del Geoparque Mundial de la UNESCO Villuercas-Ibores-Jara. Se trata de un pequeño templo en medio del jardín monacal, representando la más esmerada arquitectura de su época y que hoy constituye uno de los mayores atractivos del conjunto monumental.
Uno de los principales conjuntos arquitectónicos del Real Monasterio de Guadalupe es, sin duda alguna, el claustro mudéjar o de los Milagros, en cuyo centro está el ‘Templete Mudéjar’.
La construcción de este elemento central, considerado como la apoteosis del estilo gótico mudéjar, se llevó a cabo a finales del siglo XIV y principios del XV. Posee muchos paralelismos estéticos con la ermita del Humilladero, situada en el acceso de Guadalupe desde el norte, llegando desde Navalmoral de la Mata. Esto, y el hecho de haberse construido ambas en la misma época, nos sugieren que las dos obras obedecieron a la misma inspiración estética.