La ruta parte de la carretera de Solana a Berzocana, CC-22.4, a unos 2 km de esta última localidad. Comienza a la par que el camino que da acceso a la finca de la Sierra y se dirige al este hasta llegar a los abruptos farallones de los canchos de Las Sábanas, uno de los geositios más espectaculares del geoparque, donde se localizan los tres abrigos con pinturas rupestres que se visitan en este sendero.
Es un itinerario corto pero exigente pues supera algunos desniveles bastante acentuados por sendas con piedra suelta. El primer tramo, hasta alcanzar la casa rural de la finca La Sierra discurre por una pista de tierra en buen estado, que avanza junto a un bello bosque mixto de melojos (Quercus pyrenaica), alcornoques (Quercus suber) y castaños (Castanea sativa). A partir de esta casa rural el camino aumenta en desnivel y pronto toma una senda que lleva hasta el primer abrigo, el del cancho de Las Sábanas que se esconde en la base de la mole cuarcítica del mismo nombre. Desde aquí, volviendo al camino que se inicia en la casa rural, se asciende por otra senda hasta los abrigos de los Morales y de los Cabritos, ambos escasamente a unos 50 metros uno de otro. Estas tres oquedades, sumadas a la del Risquillo de Paulino, a unos 5 km al sur de Berzocana, conforman el conjunto de pinturas rupestres de este municipio, cuyas dataciones varían desde el Calcolítico a la Edad del Bronce, entre 4000 y 1000 años a.C.
De nuevo desde la casa rural y siguiendo la senda hacia adelante se llega a la sorprendente Cabeza del Moro, roca caballera en la misma formación Cuarcita Armoricana de los canchos de Las Sábanas. En los cielos son frecuentes los buitres leonados (Gyps fulvus), el alimoche (Neophron percnopterus), el águila perdicera (Hieratus fasciatus), el halcón peregrino (Falco peregrinus), el roquero solitario (Monticola solitarius), arrendajos (Garrulus glandarius), pico picapinos (Dendrocopos major) o picogordos (Coccothraustes coccothraustes).
