Geoparque Mundial UNESCO

Nº50 – Entorno de Cabeza del Águila.

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LOCALIZACIÓN Y ACCESIBILIDAD

Se accede directamente desde la CC-22.5. Partiendo de Logrosan a unos 8,7 km encontramos un apartadero que hay a mano derecha en sentido Berzocana.

ATRACTIVOS DE LA VISITA

El cerro Cabeza del Águila, con una altitud de 1006 metros, se sitúa en la Sierra de los Pollales, que a su vez forma parte de un escalón meridional de la Sierra de Guadalupe.

La línea de máximas alturas de estas sierras coincide con la divisoria de aguas entre las cuencas del Tajo y del Guadiana, que es muy asimétrica, este rasgo nos indica la juventud de la deformación. Se considera que la deformación es fundamentalmente intra-Plioceno, entrando en lo que se considera como Neotectónica, de ahí que, tanto en imágenes de satélite, como en modelos digitales del terreno, sea una de las estructuras alpinas más espectaculares del centro peninsular.

La calidad visual es media-baja debido a la abundante presencia de vegetación que impide la correcta visualización del entorno geológico. El hábitat típico es el formado por robledales, ocupando casi dos tercios del espacio. En este espacio se encuentra la mitad de la superficie protegida extremeña de Robledales galaico-portugueses. También es un lugar privilegiado en primavera para los aficionados a las orquídeas silvestres. De las especies de fauna, el grupo de mayor importancia son los quirópteros (murciélagos) e invertebrados forestales. Destacan, en el grupo de los reptiles, el galápago europeo, galápago leproso y lagarto verdinegro, además de la nutria.

INTERPRETACIÓN GEOLÓGICA

Geológicamente, se emplaza sobre la Formación Orellana que incluye lutitas, limolitas, grauvacas, diamictitas  y conglomerados con abundante matriz  de origen marino depositados en medios de talud y pertenecientes al zócalo Ediacárico del Grupo Domo Extremeño. Estas rocas fueron plegadas por la orogenia Cadomiense de finales del Ediacárico y principios del Cámbrico. Posteriormente  estos materiales han sido afectados por importantes fallas generadas durante la orogenia Varisca y más recientemente  por fallas de dirección SO-NE producidas durante la orogenia Alpina, probablemente neotectónicas,  y  que son las responsables del importante levantamiento que ha experimentado la Sierra de Guadalupe.

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